En la cúspide de la calidad y la eficiencia
La edificación de mayor altura de México y de Latinoamérica cumple 10 años de haberse inaugurado y muestra por qué sigue siendo uno de los mejores desarrollos del país. Un diseño eficiente, inteligente y seguro desde sus inicios ha permitido presentar cero fallas, condiciones de sostenibilidad inmejorables y el reconocimiento de la comunidad internacional.
Los cristales del edificio permiten la entrada de luz natural, pero impiden la penetración de calor, lo que reduce la demanda de energía.
Sobre la acera norte de la Avenida Reforma, aquélla que Maximiliano de Habsburgo concibiera como el Paseo del emperador, descuella Torre Mayor como símbolo del desarrollo sostenible en México. A primera vista, sus dimensiones verticales sorprenden al paseante, a pesar de que otras edificaciones, como la Torre Bancomer o la Estela de la luz, también reclaman atención.
En el lobby de Torre Mayor, alumbrado por decenas de lámparas LED que muestran un diseño de iluminación preciso, los visitantes y los trabajadores de las diversas empresas que alberga el edificio ingresan sin preocupaciones, pues están conscientes de que no hay recinto más seguro en toda la ciudad. Esto se debe no únicamente al sistema electrónico de acceso automático con el que cuenta, sino a diferentes mecanismos que aseguran el bienestar de los usuarios.
Entre dichos sistemas, uno de los más impresionantes son los casi 100 amortiguadores sísmicos colocados en distintos sitios del edificio, los cuales le permiten mantener la verticalidad ante cualquier movimiento telúrico. Su funcionamiento es tal que incluso durante los temblores que se han suscitado durante los últimos años, los inquilinos reportan que han pasado desapercibidos. Tal es la seguridad que ofrece Torre Mayor.
Para eventos de tipo incendiario, el diseño del edificio fue planeado de tal manera que los ocupantes no presenten ninguna dificultad para evacuar las áreas, sin mencionar que el sistema de inyección de aire en la terraza del lugar mantiene las escaleras de emergencia libres de humo y con ventilación adecuada, apoyado por un sistema de extracción y la capacidad de aislar los lugares siniestrados para evitar la salida del humo.
El acceso a los pisos en funcionamiento normal está provisto por tres grupos de elevadores, que se desplazan a una velocidad de 6 metros por segundo. Los tres bloques están seccionados de modo que alcancen los niveles más altos del edificio. Para disminuir su consumo energético y los tiempos de traslado hasta los últimos niveles, cada uno de los bloques brinda servicio a distintas partes del complejo. El bloque low rise, se traslada de la planta baja hasta el piso 20; el bloque mid rise, recorre del piso 20 al 36, y el high rise, cubre la distancia que va del piso 36 al 52. De tal modo, los elevadores no deben recorrer todo el trayecto hasta la planta baja, lo que permite disminuir considerablemente la demanda de energía.
Todos los sistemas del edificio están centralizados en dos subestaciones principales, colocadas en el piso noveno y en el 55, con el fin de tener un mejor control y supervisión de las cargas. La subestación del piso 55 brinda alimentación eléctrica a la mitad del edificio, llámese iluminación común, ventilación para unidades manejadoras de aire, electricidad para los usuarios de cada piso, así como al bloque de elevadores high rise. La ubicada en el piso noveno se encarga de dar suministro a los dos bloques restantes de elevadores, al cuarto de aire acondicionado –donde se hallan cuatro chillers para mantener las condiciones climáticas propicias y un grupo de bombas de agua helada–, así como a la mitad restante del edificio, el lobby y el sistema de inyección de aire.
Ambas subestaciones reciben alimentación desde el sótano de Torre Mayor, lugar a donde arriba la acometida eléctrica de Comisión Federal de Electricidad (CFE) en alta tensión, a 440 kV. De ahí, se envían a las subestaciones, donde es transformada en baja tensión para uso de los inquilinos. El control del consumo para los diferentes usuarios lo lleva a cabo CFE directamente; para ello, cada inquilino cuenta con un medidor propio y cableado individual para alimentar su demanda. Los ramajes se desprenden desde las dos subestaciones de servicio y corren a través de la estructura del edificio mediante electroducto.
En la etapa de diseño, se previó la seguridad de suministro, que debía mantenerse ininterrumpido durante todo el año y las 24 horas del día, debido al tipo de usuarios de la Torra. Por este motivo, son tres las acometidas provenientes de CFE, provenientes, una, de Avenida Reforma y las dos restantes de Río Atoyac. Para el abasto en condiciones normales, sólo una de las tres se encuentra en servicio, pero las otras dos permanecen interconectadas a las subestaciones en caso de que llegase al fallar el suministro principal. Un sistema de switcheo permite llevar a cabo el cambio de una acometida a otra para mantener la alimentación constante.
Aun así, los diseñadores y los dueños del edificio consideraron pertinente contar con un sistema adicional de respaldo, si se presentara el caso excepcional de que las tres acometidas fallaran. Para ello, Torre Mayor cuenta con una planta de emergencia que entraría en acción si hubiera ausencia de suministro de las tres acometidas. La planta permitiría mantener en funcionamiento tres elevadores de cada bloque, las puertas de acceso y el sistema de iluminación principal, de modo que la evacuación del edificio se llevara a cabo sin contratiempos y de una manera segura.
La gestión de energía de todos los usuarios del edificio, así como la vigilancia de los diferentes sistemas que permiten a Torre Mayor operar con normalidad debe mantenerse bajo los parámetros determinados por el diseño y por la certificación que ostenta (LEED EBOM Gold), otorgada por el Green Building Council, por sus características de sostenibilidad. De tal suerte que cada sistema está centralizado mediante el software Metasys, que permite mantener registro de consumo, picos y fallas, y actuar apropiadamente para mantener todo bajo control.
Así pues, los tableros de distribución están seccionados por módulos, de manera que sea más sencillo el manejo y la intervención en caso de algún desajuste. Iluminación, aire acondicionado, vigilancia, elevadores y corriente eléctrica de los administradores del edificio cuentan con un tablero propio de distribución. Adicionalmente, en cada piso hay un cuarto eléctrico para la alimentación eléctrica de los inquilinos, así como para permitir que el manejo sea más accesible para el administrador del edificio y para los usuarios. Esto implica que los inquilinos de cada piso no deben acudir al cuarto de la subestación para activar el suministro eléctrico.
Respecto del ahorro energético y la eficiencia, los sistemas para acondicionamiento de espacios cuentan con programas de monitoreo para mantener en constante vigilancia sus condiciones de operación y detectar si el sistema está consumiendo más de lo que debe. Además, Torre Mayor fue diseñada de origen para aprovechar el aire exterior y reducir el consumo; de igual modo, los cristales del edificio permiten la entrada de luz natural pero impiden la penetración de calor, lo que reduce la necesidad de equipos de climatización y, como consecuencia, la demanda de energía.
Para evitar pérdida de monitoreo en estos equipos, todos los sistemas de automatización están conectados a un UPS que puede brindar hasta dos horas de energía continua en caso de falla del suministro eléctrico de CFE.
En el aspecto de iluminación, Torre Mayor cuenta con diferentes tipos de lámparas, como T12 que se emplean principalmente para los cuartos eléctricos, de aire acondicionado y control; en el lobby y en los elevadores están instaladas lámparas dicróicas, que han sido remplazadas por LED, al igual que en pasillos. Este cambio, según el gerente de Automatización de Torre Mayor, ha permitido reducir un gran porcentaje del consumo por iluminación. El bajo consumo en iluminación también está respaldado por el sistema Lutron, que permite gestionar el encendido de lámparas en las diferentes áreas del edificio, según su tipo, utilización y demanda. Por ejemplo, en los cuartos eléctricos, la iluminación permanece apagada la mayor parte del día, mientras que en los pisos de oficinas se han diseñado horarios de servicio para que sólo funcionen cuando los lugares están ocupados y permanezcan apagadas por la noche. Asimismo, el software de control gestiona mediante circuitos los servicios de iluminación, en los que están integrados grupos de luminarias para un manejo más sencillo y eficaz. El monitoreo de lámparas permite de igual modo conocer el tiempo de trabajo que tiene cada una de ellas y utilizar las que han funcionado durante menos tiempo, así como programar remplazos con base en su tiempo de vida útil.
Todas estas razones han permitido que Torre Mayor brinde servicio a más de 50 empresas distribuidas a lo largo y alto de toda la edificación, durante una década sin interrupciones; compañías que han confiado en la seguridad que ofrece la instalación y en su capacidad para estar a la altura de los mejores desarrollos del mundo. Han sido diez años de trabajo constante, sin fallas, sin contratiempos, y dejando claro que las edificaciones de gran calado son una realidad en el país.
Impecable. La subestación, además de pulcritud, ofrece espacio para cualquier labor de mantenimiento
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